Con el alma perdida en las montañas y el cuerpo de vuelta a la vida vibrante de Cusco es que comparto mis pensamientos. Tenía la suerte de reflexionar en frente de paisajes increíbles. Sin conexión real con el mundo afuera, caminé, subí y bajé lugares aptos para un mundo de fantasía. Fue una fantasía, o cerca. Cuando era más difícil levanté mis ojos a una naturaleza surrealista. Vi mi primera maravilla del mundo. Es realmente una maravilla. Los incas no dejan de sorprendernos.
La paz de mirar las estrellas rodeada de inmensas sombras de las famosas montañas que caminé algunas horas antes. La paz de caminar por diez horas cada día y dormir como un bebe. La paz de vivir sin electricidad y desconectar de la vida online. ¡Qué buena la vida en las montañas! Lo digo desde el blog #1. Volvería a hacer esta experiencia todos los días.
Volver a la realidad me golpeó como el batido de fresa que tomé antes de subirme al autobús de regreso a la casa corazón. Gente, coches, luz, gritos, era sobreestimulante. La mezcla entre el cansancio, el hambre y todas las emociones que acababa de experimentar fue más fuerte que un Pisco Sour (los piscos sours son muy fuertes aquí jajaja). Eso es exactamente lo que quería vivir cuando decidí hacer el programa de lenguas.
Estaba desorientada, pero no podía esperar ver a los niños en la tarde. Batir, bailar, aprender y enseñar son las cosas que crean las mejores tardes. Es fácil estar bien con los niños. Olvido todas las emociones y me enfoco en transmitir mi pasión por aprender. Me permite retornar a una realidad.
A veces no puedo creer todas las cosas que vivo. Debo preguntarme si es un sueño, ¿es?, quien sabe, pero sí podemos soñar; tal vez voy a ir a Arequipa o Puno este fin de semana. ¡Hasta que nos encontramos en Quebec, supongo!
Con amor desde el Perú, Nayara <3




Más paisajes:







Deja una respuesta