Calmada por el estruendo regular del carro en las rutas de Costa Rica (que son todo excepto regulares), así empezó mi recorrido de “roadtrip” en el país. Aquí, los caminos son tantos deteriorados que aunque solo atraviesas unos cien kilómetros, ¡toma horas para llegar a tu destinación! Entonces después cinco horas de mar, palmeras, playas, montañas y campos, a través de la verdadera lluvia fuerte de Latinoamérica (¡no es broma cuando dicen que es intensa!) llegué a Quépos, pequeño pueblo de Puntarenas. Ya el hostel era magnífico: la vista de mi habitación mostró el mar y el cielo hasta que se confundieron en solo uno en el horizonte. Y el olor de la lluvia en la naturaleza todo alrededor: perfectamente tranquilo. De verdad, fui completamente empapada durante mi caminata para ir de compras… COMPLETAMENTE. Pero lo encontré encantador. Y no me ha impedido disfrutar al viaje!
En jueves, descubrí al famoso parque nacional Manuel Antonio, ataviado de matices de verdes manzanas y oscuros y poblado por perezosos silenciosos y monos ridículos. También se encuentra otra playa maravillosa de arena dorada y agua azul allí, donde pude oler al viento de agua salada otra vez. ¡Extrañaré a estes momentos apacibles!
En la noche, exploré con un guía a la vida animal nocturna en la jungla. Dejánme decir que en Costa Rica, JÁMAS tocas a un animal. ¿Sabes por qué? Hay tantos que son venenosos que yo no tendría confianza en ningún. Yo vi de muy cerca a arañas dignas de tus pesadillas, ranas multicolores y serpientes tóxicos. Y La película de la semana elegida es…. ¡el libro de la selva! En serio, Mogli no creería al reino animal que conocí en Manuel Antonio. Estaba un poco asustando, pero mucho más fascinante!
También tuve la suerte de visitar a una plantación de cacao en la región. Aprendí sobre el proceso de crecimiento de la planta y luego lo de concepción del producto de cacao como lo conocemos. Además, probé a la primera receta de chocolate caliente, xocoatl, hecha por los indígenas con pimienta de Cayenne, cacao, extracto de vainilla, miel y agua. ¡Que rico mezcla!
Fue mi actividad favorita de la semana sin duda, y una exploración cultural muy diferente de todo lo que pude conocer antes. Me siento muy agradecida de haber descubierto a otro sitio icónico del país. Costa Rica, escucharás más sobre mi, ¡te lo prometo!











Deja una respuesta